miércoles, abril 05, 2006

el cerro

cerro San Cristóbal, Santiago, Chile
Dos pasajes, hacia el cielo. El ascensor nos lleva arriba, con un sol y un frescor otoñal, se siente limpio, nos agita el pelo, respiro recuerdos mientras subimos; nos detenemos, escucho un murmullo sin decirlo, son voces que me acompañan esa tarde. Arriba, la ciudad a mis pies, la siento inmensa como cuando pequeño…en esas pocas veces que estuve. Caminamos, subimos escaleras, conversamos en un lugar silencioso, una rata camina despreocupada y un rayo de sol ilumina una flor. Luego caminamos, el sol nos arropa. La terraza estaba fría, pero con la tibieza y la melancolía de siempre. La ciudad brilla con el sol rasante de tarde, los techos son charcos de agua plateada, un retrato se cuela entre los minutos, la ciudad con su cuadrícula me incita a encontrar mis referencias de niño y el deseo de alcanzar el cielo con mis yemas. El viento nos remueve los cabellos. Bajamos y una tarde se nos escapa entre silencios.