miércoles, mayo 24, 2006

Neruda

metro, Santiago, Chile
El corazón de él latía fuerte, más por nerviosismo que por su atraso, ella con su sonrisa amplia lo saludó, hablaron algunas cosas y luego se despidieron. Las copas estaban vacías, los huasos se vestían de ciudadanos comunes, tres chicas hablaban de su trabajo y sus estudios, un mozo de negro ordenaba su ropa y sus problemas, la gente miraba ausente y pasaba alrededor, unas flores de papel adornaban el lugar, un guardia más allá observaba. Él tomaba fotografías, a las chicas, al hombre, a los huasos, a las flores, a ella...que se marchaba.