martes, octubre 04, 2005

el hombre oriental

Santiago, Chile
Escuché malhumorado, y reclamé incluso, el alto volumen de la TV intrusa; una conversación agradable y motivadora se desencadenaba. Sentí esa voz aguda que me estremeció hace más de 15 años, reflotando canciones que, en algún momento, suavizaron mi corazón apretado. Renaciste en medio del bullicio de un restaurant de colaciones, de papas fritas, de porotos con longaniza en el listado de menús, de la radio, del video, de la garzona morena y de la pareja que come sin hablar...sin decirse nada.
Te recordé en silencio, con alguien de mirada limpia y sonrisa fresca, con alguien que estoy seguro lo habría compartido. Y...luego el aire, la primavera, la ciudad que luce hermosa y transparente,...el sol,...¡nos vemos! ¡te escribo! ¡cuidate!,...Más allá,...el agua,...la piscina y el hombre oriental.
Hasta siempre Eric Maluenda.