domingo, septiembre 11, 2005

32 años

calle Recoleta, Santiago, Chile.
Camino entre el atardecer, el sol y los cantos embriagados de jóvenes que buscan esas libertades ausentes,...el silencio, a ratos como el silencio de un cementerio abierto. Gentes venden flores y quizás no saben lo que venden. En esa esquina, espero que aparezca ese amigo, esa columna que me acogió, esa sonrisa adolescente que me enamoró tantas veces y por la que habría dado la vida...y espero, espero, finalmente decido marcharme.