jueves, noviembre 10, 2005

la 218

calle Alameda, Santiago, Chile
Ella está sola, con la mirada perdida en el horizonte de la ciudad, su mente en blanco, espera el bus y a la vez no espera nada, desea quizás una voz que la interrumpa, unas palabras que la empujen a decidir su destino. Un hombre solo pasa a su lado, la roza, su olor fugaz la enloquece, la hace volar de deseo y soñar de caricias…él se detiene,…la mira,…en segundos comienzan a componer su propio tango, sus manos se multiplican en caricias, sus piernas se entrelazan, sus pechos se aprietan como queriendo ser parte el uno del otro, sus besos se deslizan caprichosos.
Una luz impertinente se detiene, es la 218,…ella sube, se sienta, apoya su cabeza en la ventana y…cierra los ojos.