sábado, diciembre 03, 2005

la chica del jardín

plaza de Armas, Santiago, Chile
Recuerdo que la encontré sentada en la orilla de un jardín de la plaza, era bella, tenía ojos oscuros y su pelo largo caía en sus hombres desnudos, su estatura era aumentada por grandes tacones, sus caderas bien formadas y finas. Yo descansaba bajo un árbol centenario, descubrí esa mujer y no despegué mis ojos de ella. Un hombre se acercó, le conversó algo y luego se marchó,...llegó otro y luego otro, todos partían y mi curiosidad aumentaba,...finalmente llegó el que sería el último,...hubo gestos, coquetería y se marcharon juntos. Me pareció que debía seguirlos, concluir la historia que comencé. Salieron de la plaza y avanzaron varias calles, conversaban, ella lo guiaba sin tocarlo y seducía con solo caminar. Llegaron a una calle antigua, con historia y pasado, ella seguía manejando su atractivo, ....saludó a alguien, entraron a un edificio antiguo de dos pisos, deteriorado y decadente, un escalera larga de madera los llevó a un segundo piso y a un pasillo con comercio escondido, con talleres ruinosos y oscuras piezas cerradas. Lo tomó, por primera vez de la mano, introdujo su otra mano en la cartera de látex que colgaba de su hombro, extrajo una llave, entraron y con su tacón cerro la puerta detrás de ellos…