jueves, diciembre 01, 2005

luz divina

Iglesia Santo Domingo, Santiago, Chile
Tenía 5, luego seis, 7 y más, estuvo sentado muchas veces frente a él, en su inocencia pensó en cuales eran las cosas que los unían, que era esa fuerza o imagen desconocida que tenía el poder de sanar, de cuidar, de proteger, de sancionar la vida y la muerte. No terminaba de entender lo que sucedía, pero siempre cumplió con los "deberes" que tenía cumplir. Creció en medio de culpas y miedos, siendo infeliz queriendo ser feliz...pero creció, amplio su mente y su espíritu, conoció a personas de carne y hueso, se inspiró en sus ideas, encontró explicación a las grandes y las pequeñas cosas y por primera vez comprendió el mundo y su historia,...sintió que era posible cambiar las cosas, que era posible sumar voluntades y alcanzar sueños. Su historia continúa, hoy vive más tranquilo con él y el mundo, convive con sus creencias y duerme en paz, sin sobresaltos, sin temores, excepto por cosas de la vida, la realidad y sus fantasías.