calle San Antonio

Santiago, Chile

La calle San Antonio, el andén de espera para mis eternos viajes de escolar.

Decenas de decorados, se han sucedido, en las vitrinas de Almacenes París, y fueron objeto de deseo para mis vanidades adolescentes; el teatro Municipal y la graduación de mi 4° L del Nacional, con los milicos en el poder; la librería Huitrañe en un pasaje oscuro, donde compré alguna vez "el libro rojo" de Mao, sus Obras Escogidas, y los escritos de Stalin "sobre el Leninismo"; la "micro" San Cristóbal La Granja, fiel compañera de cientos de kilómetros recorridos, de noches insomnes, temerosas y sueños nocturnos; el café Paula y sus copas de helados gigantes, que de niño nunca acabé,...y ese viejo garzón amigo de mi padre.
Confusa, de desordenada arquitectura, una mezcla de "estilo" y comercio callejero. Edificios duros y sus pasillos interminables, oficinas detenidas en el tiempo, departamentos de contabilidades polvosas, nidos para de citas de amor por unas cuantas "lucas", personajes que pueden ser de novelas rosa o policial. De ferias libres y mercados, de bares donde ahogas tus penas, tus dolores, tu pobreza y tu vida.

el atardecer, la mujer y la sombra

metro Santa Lucía, Santiago, Chile

Atenta, inmóvil, sigilosa, casi al acecho...espera. Vino ágil y rápida desde lo alto; cayó desde aquel edificio -dice alguien dentro de mí-, creo que nadie la vió claramente -me dice otro-, todos conjeturan. Una nube de polvo y aire revuelto la trajo, desvió la mirada de los que allí estábamos. Se detuvo, nos observó, se movió y retrocedimos, se asomo a esa ventana, nos escondimos en un bloque de edificio, la luz de la tarde nos protegió.

Pero ella, esa mujer, camina despreocupa; está sola, se aferra a algo,...un pensamiento al parecer, tenemos y tengo que intervenir, nosotros lo haremos...me dice una voz que está a mi lado, ¡vamos! -digo-, salgo a su alcance, corro detrás, bajo dos, tres escalones, miro atrás, estoy solo ...y luego un dardo invisible, de hielo y viento me atraviesa.

Miro el cielo, miro la ventana y no hay nada, miro la mujer...y desapareció en la obscuridad.

Caigo desfalleciente, me desangro en luces de cristales verdes, amarillos, celestes,...

la oruga

paradero de bus, Palacio La Moneda, Santiago, Chile

Son las 4.40 de la mañana, en la calle Alameda. Un bus muy nuevo, muy iluminado y muy limpio, algo así como el "Caleuche" (barco mítico de la cultura chilota) de la ciudad: es "La oruga"(*). Subo y me acomodo en una esquina del centro. Hay mucho alboroto, la mayoría son jóvenes, varios bastante ebrios. En menos de 1 minuto, gritos, alegatos y una cortapluma en el aire,...forcejeos, un tipo sube sobre los asientos, saca desde entre sus ropas una pistola, parece una 9mm, le da un golpe a otro ¡bajate güevon!- le dice-. Siguen lo gritos, un tipo al suelo, ...más gritos, unos se arrinconan, ¡bajate concha de tu madre!, la pistola apunta a una cabeza, unos se bajan, gatean, buscan refugio. El bus sigue avanzando, llegamos frente a La Moneda y se detiene,...una moto, un carro policial,...otro y otro, se bajan rápido los policías, se suben al bus,... apuntan, bajan a unos tipos, todos estamos nerviosos. ¡bájenlos!, ¡hasta cuando!, son jóvenes.-todos opinan-, los bajan, los registran, los detienen. Las luces rojas de los carros policiales coloran el lugar, otros se bajan atemorizados y se pierden en la noche. Miro fuera del bus, detiene a un tipo, ...minutos antes conversaba conmigo, hablaba contra los "rotos" y lo difícil que iba a ser el futuro de los buses, ...lo esposan, se lo llevan. No entiendo nada.
El bus sigue su marcha, unas cuadras más allá me bajo, camino y llego a mi casa.
( *La Oruga: bus símbolo del nuevo y moderno plan de modernización de la locomoción colectiva llamado Transantiago. A la medianoche, unas horas antes, se inauguraba con fuegos artificiales. Solo a tres calles de los hechos).

la aparición

puente Independencia, Santiago, Chile

El puente "Independencia" está cerca de "la pérgola"(lugar tradicional de venta de flores), más allá "el Mercado" y "la Vega", al lado de la estación "Mapocho"(de trenes), que de tal, solo conserva el nombre y la fachada.
Un día de semana cualquiera en esa esquina del puente, decenas o cientos de personas llegan y se van en pocos minutos; trabajadores, colegiales, mendigos, lanzas, sopaipilleros nómades, mujeres de hombros bronceados, rostros viejos de colores pardos, ojeras de trabajo arduo, risas de deseo y amor juvenil, grasa añeja de fritura sabrosa. Una mujer de rojo y piernas caladas en negro, excita las miradas.
El rio (rio "Mapocho", el "Sena" chilensis)corre incesante, hediondo, digno, cochino, arrastrando la mierda de la clase alta, musitando sonidos de frescura.
En medio de todo una sombra, es una "aparición" diría la yerbatera, que atiende una cuadra más allá.

la micro

calle San Francisco, Santiago, Chile

Como miles de mis iguales, uso a diario el Metro (Subte) y "la micro". La micro, una aventura cotidiana., una salvajada amorosa; un muestrario de rayados de las tribus marginadas, un mesón para vendedores y un escenario para artistas, una ventana al último "hits" de moda o al del gusto del chofer, peleas de amor y compromiso para toda la vida, sexos húmedo por las caricias, el resorte que se clava en mi espalda o en mi trasero( glúteos).
Y luego….el remedio para el reuma, la revista de crucigramas para el ocio, el lápiz para la tarea, el helado de agua pa’la calor o el chocolate pa’l frío, agujas diferentes para zurcir el hoyo o hacer el "pespunte" de la basta del pantalón. La canción rebelde para "los rebeldes", la canción de amor de Buddy Richard (cantante popular de los años 60), y el bolero romántico para los que llevan una lágrima alojada en el corazón.

la reja y la ciudad

Santiago, Chile.

Día sábado. A no más de dos calles de La Moneda (palacio de gobierno). Una calle lateral, casi desierta, un bus de la policía espera algo. Dos mujeres, más allá, conversan y sonríen, están sentadas sobre un banco en una plaza pequeña, ríen, me miran, no les intereso. Me detengo varias veces para disfrutar esa tranquilidad, solitaria; una reja, un vidrio-espejo, otra reja, sigo, me detengo tres pasos mas allá, me devuelvo y miro, me acerco cauteloso, silencioso, y dispuesto a cualquier sorpresa, ...miro y no hay nada. Una reja, es eso y nada más, es el resto de la ciudad detrás de esa reja. Cierta tensión invade esa tranquilidad.

Alex Lemún

plaza Vicuña Mckenna, calle Alameda, Santiago, Chile

Edmundo Alex Lemún Weichafe, joven comunero mapuche de 17 años fue asesinado por carabineros hace dos años. Murió en el marco de la movilización de su comunidad por la recuperación de las tierras usurpadas por Forestal Mininco. Su asesino fue absuelto por los tribunales militares. Y así, este grave crimen ha quedado impune. Pero es nuestro deber como mapuche recordar a este joven mártir de nuestra lucha, a este joven que comprometido con su pueblo brindó su vida por la libertad del pueblo-nación mapuche. Y a través de este homenaje dejar en claro que su lucha continúa, y que su espíritu y fuerza se hacen carne hoy en todos nosotros. Porque el mejor homenaje que podemos hacer es continuar su lucha, nuestra lucha. ¡¡Marrichiweu!!

(texto publicado en paneles de acto mapuche del 10 de octubre/día de la raza)

las águilas

Valparaíso, Chile

Las tres miran a sus tres amigas o rivales, al frente y en lo alto danzan sobre los cielos del teatro que las vió nacer. Silenciosas, majestuosas cauteladoras del silencio en la escena, guardias vigilantes del tiempo. Las descubro arriba, parecen ocultarse; allí están, siempre alertas. Abajo, el mundo se despliega confuso, bullicioso, gente que busca llaveros plásticos, posters piratas del actor favorito, Barbies criollas, fotos impresas en quinientos, espejos a mil, relojes, imitaciones de porcelanas, pelucas, radios desechables, música popular y de la otra,...,...,...

Habitantes de la calle Pedro Montt, cuidadoras del Teatro Imperio.

la playa

Cartagena, Chile

Es ya de noche, debo dormirme, me doy mil vueltas en la cama, estoy inquieto, quiero que sea mañana de mañana. Me duermo y despierto de inmediato, amanece débilmente,...me visto torpemente, una leche rápida, los bultos preparados, el paradero y luego la micro aún vacía, es muy temprano. La estación de trenes aparece, nos bajamos, nos acercamos, allí está el caballo de hierro como algunos lo llaman, hay miles de personas, se agolpan, se empujan, intentan subir, se sientan y se paran, corren y se llaman.

Menos mal llegamos temprano-dice mi madre-, mientras nos acomodamos en nuestros asientos. La playa en mis ojos, Cartagena espera.

el árbol y los pájaros

calle MacIver, Santiago, Chile

En mi ciudad, en primavera, los atardeceres suelen ser maravillosos. Si camino, puedo ver la luna pálida en el cielo azul, puedo ver nubes blancas entrar en las habitaciones del edificio de enfrente, puedo sentir la brisa fresca al mojarme los labios, puedo ver los árboles florecer en los edificios.

Me detuve frente al árbol espigado, llegaron de súbito decenas de pájaros y se posaron sobre él, el ruido era ensordecedor, hablaban ruso, noruego, armenio,...yo podía hablar con ellos también,...me invitaron a volar, recordé los gansos, la oca y Nils de mi cuento de infancia. Salté la reja que nos separaba, boté unos jarrones chinos, trepé el muro y me lancé sobre sus alas...

Sol poniente, de largas sombras y luz caliente, como entibias mis sueños y como calientas mi corazón con tu rayo certero y profundo.

la escena

calle Merced, Santiago, Chile

La calle. Entran a "escena" los actores. Transeúntes que vienen y van, de un lado a otro, no importa su rostro, su destino; se desplazan vertiginosos. Sombras, siluetas sin rostro, sin identidad, sin apellido, sin pseudónimo.
(Sin saberlo, ni quererlo, día a día somos parte de ese teatro de las sombras; somos parte de la misma obra, del mismo libreto, del mismo drama y la misma comedia.)

Se cierra la escena.

el destello

pasaje Tenderini, Santiago, Chile

Desde fuera, miró el reflejo brillante del sol entre los vidrios de su ciudad, y se sintió un pez navegando solitario. Miró de reojo y una luz enceguecedora encandiló sus ojos, lo atrajo hacia sí, no pudo resistir su embrujo magnético, anuló sus extremidades, sus sentidos y rápidamente se rindió a su poder. Quiso ser esclavo y prisionero de esa luz, por siempre, por un minuto, por nada.

(Extraña fantasía de un prisionero de la luz)

el hombre oriental

Santiago, Chile
Escuché malhumorado, y reclamé incluso, el alto volumen de la TV intrusa; una conversación agradable y motivadora se desencadenaba. Sentí esa voz aguda que me estremeció hace más de 15 años, reflotando canciones que, en algún momento, suavizaron mi corazón apretado. Renaciste en medio del bullicio de un restaurant de colaciones, de papas fritas, de porotos con longaniza en el listado de menús, de la radio, del video, de la garzona morena y de la pareja que come sin hablar...sin decirse nada.
Te recordé en silencio, con alguien de mirada limpia y sonrisa fresca, con alguien que estoy seguro lo habría compartido. Y...luego el aire, la primavera, la ciudad que luce hermosa y transparente,...el sol,...¡nos vemos! ¡te escribo! ¡cuidate!,...Más allá,...el agua,...la piscina y el hombre oriental.

Hasta siempre Eric Maluenda.

el seis

calle Ejército, Santiago, Chile

El 6 representa el planeta Venus. Simboliza el amor, la belleza y la armonía. Dios creó al mundo en seis días. Se debe a su familia y trabajar en comunidad le otorga mucho placer. No le gusta estar solo, prefiere estar siempre en compañía, luchará por la paz y la armonía. Es benévolo y tolerante; puede llegar a ser tozudo y disquisitivo si alguien está en desacuerdo. Tiende a preocuparse a menudo sin necesidad. Decorará armoniosamente los lugares donde se encuentre.Podría triunfar como médico, enfermero, músico, asistente social, arquitecto, decorador de interiores, cocinero o maestro.

Fuente: http://www.astrolabio.net/horoscopo/